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Nueva Zelanda triplica su tasa turística: ¿un freno al turismo en el país?

Nueva Zelanda triplica su impuesto a turistas extranjeros, buscando financiar servicios públicos y conservación, lo que podría afectar el flujo de visitantes.

Nueva Zelanda ha implementado un aumento significativo en su tasa turística, lo que podría tener repercusiones en la afluencia de visitantes. Desde este martes, los turistas que ingresen al país deberán abonar 100 dólares neozelandeses (aproximadamente 64 dólares estadounidenses) como parte de la nueva Tasa de Conservación y Turismo de Visitantes Internacionales. Este monto representa un aumento casi triplicado en comparación con los 35 dólares neozelandeses (alrededor de 20 euros) que se cobraban anteriormente.

El objetivo de este nuevo impuesto es contribuir al mantenimiento de los servicios públicos y a la conservación del patrimonio natural del país. Según el ministro de Turismo y Hostelería, Matt Doocey, "el turismo internacional implica costos para las comunidades locales, incluida una presión adicional sobre la infraestructura regional y mayores costos de mantenimiento y conservación en toda nuestra zona de conservación".

Impacto en el turismo y la economía local

A pesar de la justificación del gobierno, la Industria del Turismo Aotearoa, una asociación independiente, expresó su preocupación por el posible impacto negativo que esta medida pueda tener en la llegada de turistas. Este grupo señala que el aumento de la tasa turística podría ahuyentar a visitantes potenciales, aunque el gobierno defiende que este impuesto representa menos del 3% del gasto promedio por visitante.

En 2023, Nueva Zelanda recibió cerca de 4,9 millones de turistas, contribuyendo de manera significativa a la economía nacional. Estos turistas generaron alrededor de 11.000 millones de dólares neozelandeses (aproximadamente 6.177 millones de euros) en ingresos, lo que subraya la importancia del sector para la economía local.

Este aumento en la tasa turística de Nueva Zelanda se une a una tendencia global, donde otros destinos internacionales también están empezando a implementar nuevos impuestos para controlar y gestionar el turismo.

Medidas similares en otras ciudades del mundo

Ciudades como Roma y Lisboa están a la vanguardia de este movimiento por una gestión más efectiva del turismo. Roma ha propuesto un cobro de 1 euro a los turistas que visiten la icónica Fontana de Trevi, mientras que la comuna suiza de Zermatt está considerando una tasa de 13 euros para visitantes de un solo día. Por su parte, Lisboa ha duplicado las tasas para alojamientos y cruceros.

Con el aumento de la tasa turística en Nueva Zelanda y la clara dirección hacia una gestión más sostenible del turismo, se abre un debate sobre el posible equilibrio entre la conservación del patrimonio nacional y la atractividad del país como destino turístico.

La implementación de políticas como esta refleja la creciente necesidad de los gobiernos de financiar las infraestructuras y servicios afectados por la actividad turística, asegurando que los beneficios del turismo se traduzcan en inversiones que beneficien a las comunidades locales y protejan el entorno natural.